Fenómeno de “La Niña” entra en fase neutral, pero temporada de ciclones tropicales será más intensa

San José, 30 de mayo, 2018 (IICA). La transición del fenómeno de “La Niña” a una fase neutral, una temporada de ciclones tropicales menos activa pero más intensa en relación al promedio, forman parte de las principales previsiones que arroja “La perspectiva climática para Mesoamérica” de mayo a julio del 2018, que fue analizada en un seminario virtual organizado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), con el fin de conocer las posibles implicaciones de estas condiciones sobre la sanidad agropecuaria.

La perspectiva climática se emite tres veces al año en el marco del Foro del Clima de Mesoamérica, conformado por expertos de los servicios meteorológicos de esta región y que es coordinado por el Comité Regional de Recursos Hidráulicos (CRRH). Los resultados del informe son un insumo clave en el agro para la toma de decisión en el manejo del riesgo, identificar oportunidades y amenazas, y contar con una adecuada estrategia para afrontar los eventos climáticos.

“En el periodo de la perspectiva no tendríamos condiciones ni del fenómeno de ‘El Niño’ ni de ‘La Niña’, sin embargo, es importante tener en cuenta que hacia finales del año los modelos son consistentes en señalar una probabilidad del 50 % de tener escenarios de un fenómeno de ‘El Niño’”, explicó la Secretaria Ejecutiva del CRRH, Berta Olmedo, durante el evento realizado en la sede central del IICA.

Sobre los ciclones tropicales (tormentas más huracanes), Olmedo dijo que las estimaciones indican que se presentarán entre 12 y 16 durante el año, y la mitad de estos se convertirían en huracán. En 2017 hubo 17 ciclones, de los cuales 10 fueron huracanes.

“Tenemos condiciones muy cercanas al valor promedio de la temperatura en la cuenca del Atlántico, esto nos apoyaría la tesis de que no tendríamos una actividad ciclónica parecida a la del 2017, pero sí de mayor intensidad que el promedio para la temporada. Es posible que el rango de tormentas más huracanes esté oscilando entre 12 y 16, pero no es viable determinar en este momento, con meses de anticipación, la ruta y la intensidad que tendrá cada uno”, agregó la especialista.

Impactos para la sanidad agropecuaria

En el seminario, el coordinador del Programa de Variables Climáticas y Sanidad Agropecuaria del Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria (OIRSA), Carlos Roca, abordó los riegos a los cuales podría exponerse la sanidad agropecuaria de la región, debido a las perspectivas climáticas para el trimestre de mayo a julio.

A nivel de sanidad animal, Roca afirmó que dentro de los principales peligros se encuentran la influenza aviar de alta patogenicidad, la piro y anaplasmosis bovinas (infecciones parasitarias transmitidas por garrapatas), enfermedades vesiculares, de complejo respiratorio y la encefalomielitis equina, una enfermedad viral poco común, transmitida por la picadura de mosquitos infectados.

En la parte de sanidad vegetal, detalló que se debe poner atención en materia de roya y broca del cafeto, la langosta voladora, HBL de los cítricos, la Sigatoka en el banano, entre otros.

“Es importante aclarar que es un pronóstico que indica de cierta manera, a juico de expertos y con instrumentos metodológicos, la probabilidad de la presencia, incidencia o dispersión de plagas o enfermedades que puedan darse, con el fin de alertar a los servicios sanitarios y a los sistemas de vigilancia para intensificar las labores de control”, comentó Roca.

OIRSA, gestiona un geoportal donde el usuario interesado puede encontrar mayor información sobre riesgos de plagas y enfermedades específicas para cada país o región, basados en la información climática de la perspectiva.

La especialista en Sanidad Agropecuaria e Inocuidad de los Alimentos del IICA, Sacha Trelles, resaltó que el contar con información oportuna y significativa como la expuesta en el evento virtual, “acerca de las diferentes amenazas sanitarias y fitosanitarias, se verá reflejado en que los países de la región puedan tomar mejores decisiones y fortalezcan las capacidades de gobiernos, instituciones y técnicos para tomar las acciones de preparación necesarias ante los diferentes riesgos que proyectan los pronósticos estacionales”.