Gerente general de Synopsys en Chile, Víctor Grimblatt:
“Le exigimos al agro lo que hoy no puede dar y desde ahí surge la necesidad del uso de la tecnología”
27 de enero de 2020.- En el ámbito de la Agricultura 4.0, fomentar la digitalización y automatización en el sector silvoagroalimentario es uno de los propósitos de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), agencia del Ministerio de Agricultura. Por esta razón el gerente general de Synopsys, Víctor Grimblatt – y gracias a la colaboración de la escuela de Agronomía de la Universidad Santo Tomás– conversó con FIA y compartió su visión sobre el proceso de tecnologizar el sector.
El especialista, que es investigador de la Universidad de Burdeos, se refirió específicamente a los caminos que debe recorrer Chile para lograr que la agricultura sea manejada a través de datos: Desmitificar el concepto innovación, generar una industria nacional capaz de proveer esta tecnología por medio de la inversión pública y privada y, como tercer punto, recalcó la necesidad de creer en nosotros.
– ¿Cuál es el escenario actual del agro en relación con la tecnología?–
– Lo primero que tenemos que decir es que el agro nos genera alimentación que los seres humanos necesitamos. Eso es un punto básico. Segundo, hoy en día el sector está sufriendo varios problemas; como el aumento de la población, disminución de la superficie y el cambio climático. Entonces, le exigimos al agro lo que hoy no puede dar y desde ahí surge la necesidad del uso de la tecnología. De la Agricultura 4.0. Nosotros tenemos que, de alguna forma, lograr mejorar el rendimiento del suelo para poder producir más alimentación con recursos acotados.
– Con su experiencia como investigador sobre la Agricultura 4.0, ¿qué propone?
– Que la agricultura debe ser manejada a partir de los datos, para optimizar la productividad. La internet de las cosas genera los datos, luego esas cifras son utilizadas en programas de inteligencia artificial, cuyo fin es único: optimizar la productividad. Donde se comienzan a tomar decisiones a partir de los datos, no a partir de lo que yo creo que va a pasar. La invitación es a que los tecnólogos y agrónomos se conozcan. Aquí surge el concepto del ingeniero «agro-nico»: aquel que entienda un poco de los dos mundos y que sea capaz de definir para que el agrónomo especialista, o el tecnólogo especialista, logre producir lo que se necesita.
– Al implementar la tecnología en la agricultura, ¿qué impacto podría tener al sector?
– Utilicemos como ejemplo el agua. Hoy en día la agricultura en Chile usa aproximadamente el 70% del agua dulce, sea potable o no. De eso se pierde más de la mitad. Entonces, si se logra reducir la pérdida de agua, la podré utilizar después y, por lo tanto, puedo producir mejor y más. Eso es un ejemplo concreto de cómo la tecnología me puede ayudar. Otra situación, es que hoy en día se utilizan fertilizantes en función, un poco, de lo que se cree, de lo que me dijeron, o de mi conocimiento histórico. El problema surge al sobre fertilizar, ya que aumenta la salinidad de la tierra, produciendo problemas en la captura del agua. Con suelos salinos las plantas tienen problemas para captar el agua mediante las raíces. Si la fertilización es optimizada a través de medir los nutrientes específicos en la tierra para una especie en particular, ahorraré costos; ya que gastaré menos en fertilizantes, pero además tendré una tierra más sana, ocupando la justa medida del producto. Eso son dos ejemplos de mejoras.
ETAPAS
– ¿Cómo iniciaría Chile este proceso de cambio tecnológico?
– Lo primero, es desmitificar la tecnología, la gente le tiene miedo. Piensa que le quitará el empleo y otras cosas; entonces, hay que partir con una campaña de desmitificación. Por otro lado, hay que generar – a través de la inversión pública y privada – una industria nacional capaz de proveer esta tecnología al agro. La tercera etapa, es confiar en nosotros mismos y paralelamente, generar espacios de educación digital que se debe dar a los productores. Incentivar a que las personas sean capaces de tomar una plataforma básica, programarla y medir. Un avance sería que si un árbol está con problemas el agricultor solo pueda tomar la temperatura del suelo, por ejemplo. Que traten de entender qué es lo que le pasa a ese árbol.
– ¿Cuáles son los países más avanzados en este tema?
– Nueva Zelanda y Europa. El viejo continente es un gran productor y exportador de alimentos agrícolas. Ellos tienen estudios financiados por la comunidad europea. Tienen grandes proyectos de la internet de las cosas para el agro, que deberían ser considerados. China también está haciendo muchas cosas, la India y Australia también. Este grupo de países está aplicando los datos, pero también mide. Se debe medir, aplicar y tomar decisiones.
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