Para aprovechar las buenas perspectivas de la demanda internacional, el sector debe fortalecer la asociatividad vía entidades como el CDK, el cual no solo aborda proyectos técnicos para lograr una calidad de fruta superior, sino que otorga una mirada conjunta y estratégica respecto a cómo y que hacemos para tener una industria sustentable, señala presidente del gremio, Carlos Cruzat.
Si bien la situación del mercado en Asia y -en particular- en China a raíz del coronavirus contempla más interrogantes que certezas para la fruta chilena en general, en lo que respecta al kiwi, en el mediano y largo plazo, se visualiza un mercado dinámico, y una oferta que del hemisferio sur es acotada solo a dos países.
Por ello, si Chile hace las cosas bien, el negocio debería ser favorable para los productores y exportadores, que están preocupados por ofrecer al consumidor un producto de calidad y sabor. “Mercado hay, y va en crecimiento, potenciada por la tendencia de una población joven que quiere consumir productos saludables” afirma Carlos Cruzat, presidente del Comité del Kiwi de Chile (CDK), a lo cual hay que agregar que se trata de una fruta entre cuyas cualidades está el alto contenido de vitamina C, que ayuda a fortalecer el sistema inmunológico, tan necesario en la contingencia actual.
Otro factor llamado a diferenciar el producto chileno de sus competidores internacionales es la coherencia del producto que se envíe hacia los mercados internacionales, como resultado de la homogeneidad que se logre a partir del trabajo en los huertos por parte de los productores para alcanzar estándares que se adecúen a las expectativas de los consumidores de kiwi a nivel global.
Relevancia del trabajo asociativo
Por lo tanto, se trata de “hacer las cosas bien”, lo que significa que a futuro la actividad debe, entre otras cosas, desarrollar un modelo productivo que incorpore elementos como la sustentabilidad del agua, la eficiencia en el manejo de los recursos humanos y apoyar los controles fitosanitarios. Este camino, acota Cruzat, se transita mejor a través de un trabajo asociativo y cooperativo, variable clave que se ve fortalecida por el trabajo desarrollado desde hace más de 10 años por el CDK.
El Comité busca fomentar entre sus socios acciones que les permitan ofrecer una fruta homogénea, y por otra parte, en desarrollar mercados y aumentar el consumo. “Por ejemplo, cuando salimos como CDK a hacer promoción a nivel internacional, lo hacemos como Chile”, ilustra Carlos Cruzat, quien agrega que “dado lo anterior, es importante que ningún actor, ya sea productor o exportador, se reste de ser parte activa de la industria.
En ese sentido, “como Comité vamos más allá de un trabajo estrictamente técnico para lograr una calidad de fruta superior; más allá de los parámetros de madurez de cosecha que sin duda son un pilar en el cual estamos comprometidos desde su génesis; además, buscamos otorgar una mirada conjunta, estratégica y de largo plazo respecto a cómo y que hacemos para tener una industria sustentable”, señala presidente del gremio.
Hoy, las empresas que son socias de CDK representan cerca del 60% del volumen exportado, porcentaje que ha disminuido en los últimos años debido a una reformulación de la industria y porque las empresas de mayor volumen que son integrantes del comité, han disminuido su participación proporcional. También han surgido pequeños productores que luchan con sus propias armas, lo que es positivo y legítimo, y a los cuales queremos invitarlos a ser parte de este proyecto y mostrarles con claridad los beneficios que hay detrás de un trabajo conjunto, y de bien común, que es parte del compromiso del CDK, señala.
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