Se revisó también el volumen de agua tratada en Chile, se destaca la disminución en el consumo de agua potable durante los últimos años y los avances en la gestión inteligente de las redes de agua potable y alcantarillado.

A su vez, se relevó la coincidencia existente entre lo que buscan como gremio y lo que han expresado autoridades tanto de Ministerio de Obras Públicas como de la Superintendencia de Servicios Sanitarios en materia de seguridad hídrica.

La Asociación Nacional de Empresas de Servicios Sanitarios (Andess) presentó los resultados del sector en 2022, a través de la entrega del documento de su cuenta pública, en el cual se destacó un aumento de 12% en la inversión respecto a 2021, totalizando US$ 512 millones, destinados tanto a seguir robusteciendo el funcionamiento de la industria a nivel general, como para la construcción de obras de seguridad que permiten fortalecer los sistemas productivos de agua potable, para sortear de mejor manera los eventos adversos de la naturaleza derivados del cambio climático.

Este reporte fue dado a conocer al Consejo de la Sociedad Civil de la Superintendencia de Servicios Sanitarios y con presencia del Superintendente Jorge Rivas, para efectos de incorporar su mirada en la redacción del texto final.

En la ocasión la Presidenta Ejecutiva de Andess, Lorena Schmitt, destacó la posición relevante que tiene Chile en el contexto internacional en materia de acceso, cobertura y calidad de agua potable, sin embargo enumeró los grandes desafíos que están golpeando al sector y al país en materia de crisis hídrica.
“La situación de Uruguay, donde se ha recurrido a medidas de emergencia para mantener el suministro de agua potable en la capital, es un recordatorio cercano de la magnitud del desafío que representa el cambio climático. Abrir la llave y encontrar agua potable es un hecho que a quienes viven las ciudades chilenas les parece tan natural que no reparan en ello. Y aunque parece sencillo, la realidad es que hay mucho trabajo detrás del simple gesto de llenar un vaso de agua: cada día, 17 mil trabajadores operan 279 sistemas de producción de agua potable, que se distribuye por más de 42 mil kilómetros de cañerías a 5,4 millones de hogares en 364 localidades urbanas, y 301 sistemas de tratamiento que descontaminan las aguas servidas recolectadas”.

La estrategia territorial para abordar la crisis hídrica
En ese sentido, se realzó el valor de las acciones de adaptación que las empresas han implementado en distintas regiones del país para hacer frente al fenómeno, atendiendo a las distintas realidades sociales, geográficas y climáticas, entre otros factores. En la macrozona norte, por ejemplo, se invirtieron $86.769 millones, destacando el acuerdo con el Gobierno Regional para la instalación planta desalinizadora Arica; el convenio para impulsar el reúso aguas servidas tratadas con Econssa; el cumplimiento del primer año de operación de la planta desaladora de Caldera que abastece Copiapó y otras localidades de la región; y la nueva Planta de tratamiento de Aguas Servidas de Vicuña, entre otros.

A su vez, la macrozona central alcanzó los $205.158 millones en inversiones, en obras como los nuevos estanques de agua potable en las localidades de El llano (Putaendo) y Curauma Norte (Placilla); la ampliación planta de agua potable Padre Hurtado en Santiago; batería de nuevos pozos para agua potable que favorecen la seguridad hídrica en Rancagua-Machalí; y la Planta de agua potable Don Sebastián, en Curicó.

Por su parte, en la macrozona sur la inversión fue de $113.114 millones, donde destacaron la interconexión Quillón (Ñuble) y Florida (Biobío), que beneficiará a más de 20 mil personas; la Planta Tratamiento de Agua Potable de Capitán Pastene (región); y los estanques de tormenta en Puerto Varas para mitigar los efectos de las aguas lluvias. Por último, con inversiones por $6.134 millones, la macrozona austral contó con la inauguración de la ampliación de la Planta de Agua Potable de Punta Arenas.

“El nivel de las inversiones realizadas por las empresas sanitarias en 2022 destacan no solamente por el alza en los montos totales, sino porque son parte de una estrategia macro que involucra una serie de variantes necesarias para hacer frente al cambio climático, en cada zona con sus particularidades y según sus características. Muestra de ello es que, en los últimos 30 años, las inversiones han crecido más de 6 veces. Todas las soluciones tienen espacio para ser discutidas y consideradas, siempre y cuando estén pensadas a largo plazo y sean viables y sostenibles en el tiempo”, señaló Lorena Schmitt, Presidenta Ejecutiva de Andess.

En cuanto a saneamiento, el volumen de las aguas servidas tratadas en el año 2022 llegó a los 1.225 millones de metros cúbicos, agua descontaminada que retorna a la naturaleza de manera segura o bien se destina a nuevos usos. Para entender las proporciones, con dicho volumen se podría llenar unas 2.000 veces el Estadio Nacional de Santiago o cerca de 500.000 piscinas olímpicas.

Respecto al consumo promedio por cliente, desde la asociación destacaron la baja sostenida que ha tenido dicha medición desde el 1998 hasta la fecha (28%), llegando a 17 metros cúbicos mensuales en 2022. Entre los factores que explican la disminución se cuentan una conducta más responsable de los clientes en el uso del recurso, el empleo de artefactos sanitarios más eficientes y el aumento de personas que viven en departamentos. “Este punto es crucial para el devenir de la industria, y tal como el Ministerio de Obras Públicas y la Superintendencia de Servicios Sanitarios, estamos comprometidos con empujar un uso racional del recurso hídrico. Esto incluye a todos los actores, es decir, las persona, las industrias y los sectores agrícolas”, agregó Lorena Schmitt.

Otro aspecto destacado en el documento fueron los pasos dados por las empresas hacia la gestión inteligente de redes, considerando el despliegue de planes preventivos de mantención de redes de agua potable y alcantarillado, la sensorización y automatización de sus redes de distribución y la implementación de centros de control operativo con tecnología de punta. Gracias a ello, desde 2017 a la fecha los cortes no programados han disminuido casi 20%, lo que evidencia los avances en la gestión de las redes.

“Como industria tenemos tres grandes desafíos hacia el futuro: la seguridad hídrica, entendida como el aseguramiento del suministro hacia los usuarios; el foco en las personas, es decir, que nuestras acciones estén dirigidas a resguardar el consumo humano y con agua de calidad; y la adaptación al cambio climático, con todas las obras y gestión que sean necesarias en un contexto cada vez más difícil debido a sus efectos. Sabemos que aún queda mucho por hacer, y sin duda los objetivos que tenemos como país requerirán de la participación de nuestras empresas, la sociedad civil, y por cierto el Estado, con el que tenemos tremendas sinergias y similitudes en cuando a lo que se viene hacia adelante”, cerró Lorena Schmitt.

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