MARGARITA DUCCI
Directora Ejecutiva Pacto Global Chile, ONU
Más de 190 países se reunieron en Cali, Colombia, en la COP16 de la Convención sobre la Diversidad Biológica, entre ellos, una importante delegación de Chile. Esta conferencia no sólo nos recuerda la vital importancia de conservar nuestra biodiversidad, sino que nos impulsa a tomar medidas urgentes ya que los objetivos de la COP16 no pueden lograrse sin una colaboración multisectorial, en la que las empresas tienen un rol clave.
Según la ONU, la humanidad enfrenta la amenaza de perder cerca de un millón de especies, afectando la estabilidad de los ecosistemas, la economía y a las comunidades que dependen de ellos. América Latina y el Caribe, albergan aproximadamente el 60% de la biodiversidad global, y experimentan una deforestación masiva y una preocupante disminución de vida silvestre. Para Chile, donde el 23% del territorio terrestre y el 42% de la zona económica exclusiva marina están protegidos, estos riesgos son latentes.
Esta situación crítica ha llevado a la COP16 a establecer metas ambiciosas como la «meta 30×30», que plantea proteger el 30% de los ecosistemas del planeta para 2030. Sin embargo, lograrlo exige el compromiso de todas las partes, en especial del sector privado, que debe alinearse con el Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal. La Meta 15 del Marco Mundial establece que las empresas deben evaluar sus riesgos, impactos y dependencias con la naturaleza y divulgar esta información de forma transparente. En Chile, esto representa un llamado directo a todas las industrias a incluir la biodiversidad en su gestión de riesgos, considerando que un ecosistema saludable es esencial para la sostenibilidad de sus operaciones.
Para muchas empresas, entender cómo sus actividades afectan la biodiversidad, puede parecer un desafío complejo, pero la COP16 busca que cada actor conozca sus impactos y los gestione adecuadamente. En Pacto Global, trabajamos con las empresas para que adopten prácticas sostenibles y alcancen el equilibrio entre sus operaciones y el entorno natural, con programas como el Forward Faster, el Programa 1,5°C, el Acelerador del Clima, todos con capacitación e intercambio de aprendizajes.
Otro de los desafíos de la COP16 es la movilización de recursos y la creación de mecanismos financieros. En la temática de cambio climático, el sector privado ha avanzado en términos de financiamiento y desarrollo de tecnologías, sin embargo, en conservación, aún existe déficit. El CEP realizó un estudio sobre esta materia, que explica las limitaciones y falta de incentivos para la conservación en el país. Esto exige un replanteamiento del rol de las finanzas en sostenibilidad, donde el sector público y privado deberían avanzar hacia bonos verdes, financiamiento de conservación y la creación de proyectos de preservación de ecosistemas estratégicos.
Chile tiene la oportunidad de convertirse en un referente en el mundo. Los esfuerzos del país en áreas marinas protegidas y la creación de un Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP) son pasos importantes, pero para lograr un cambio sostenible, el sector privado debe participar activamente en este esfuerzo. Algunas corporaciones hicieron declaraciones públicas en Cali, pidiendo a los líderes, políticas transformadoras, con un compromiso genuino de colaborar en soluciones sostenibles.
Chile ya ha demostrado su capacidad de liderazgo en cambio climático y protección marina, ahora, debemos extender ese compromiso hacia una biodiversidad sólida y sostenible, donde todos, desde las pequeñas empresas hasta las multinacionales, desempeñen un papel activo y, en conjunto, alcanzar un futuro donde la economía y la naturaleza prosperen en armonía.
Equipo Prensa
Portal Agro Chile