Profesionales y expertos profundizaron en los esfuerzos que se están realizando desde los sectores público y privado para revertir el envejecimiento del rubro, hacerlo más atractivo para las generaciones más jóvenes y garantizar la seguridad alimentaria en un contexto de cambio climático y escasez hídrica.
Ante el envejecimiento del rubro agrícola en la Región de Valparaíso y la urgente necesidad de garantizar la sostenibilidad del sector y la seguridad alimentaria del país, expertos y representantes de servicios aseguraron que la agricultura chilena enfrenta un cambio generacional crucial para asegurar su futuro, donde los esfuerzos deben estar centrados en modernizarla, fortalecer su identidad y proyectarla como una actividad sustentable y de suma relevancia para las próximas décadas.
En el marco de los Ciclos de Innovación Territorial impulsados por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), Andrés Gálmez, representante regional de la institución; Erika Lamig de la Comisión Nacional de Riego (CNR); Pilar Larral del Centro de Entomología Aplicada BIOCEA; y Marcela Carrillo del Programa Transforma Fruticultura Sustentable (Perfruts), enfatizaron que todas las acciones destinadas a convocar a las generaciones más jóvenes están y deben estar enfocadas en revitalizar el campo, potenciando la educación, la capacitación y –sobre todo- profundizar en la identidad y el orgullo agrícola, como factor clave para la seguridad alimentaria en un escenario de escasez hídrica y cambio climático.
En ese sentido, Marcela Carrillo, gerente del Perfruts, recalcó que “necesitamos fomentar iniciativas que motiven a los jóvenes a emprender en agricultura para garantizar la seguridad alimentaria con miras al 2050 y siempre pensando en una agricultura sustentable. El campo requiere de personas que vean el rubro con miras al futuro, que pueda planificarse en la actividad a diez, veinte o treinta años más, es decir, con miras a una agricultura con cambio climático, donde la sustentabilidad será el factor clave. Y para ello necesitamos que la agricultura resulte atractiva para el joven, que resulte atractivo producir agricultura de manera sostenible”.
“Para lograr dicho objetivo es fundamental que fortalezcamos la identidad de nuestra agricultura. Una identidad arraigada en el objetivo de que el agro es el responsable de alimentar al mundo de forma sustentable y responsable”, dijo Carrillo.
Respecto al escenario actual de la agricultura en la Región de Valparaíso, Andrés Gálmez de FIA sostuvo: “Estamos al debe. El promedio de edad de los agricultores de la V Región, hace dos años atrás, era de 65 años, por lo que todo hace pensar que hoy estamos en 67 años. Hay muchos jóvenes que han querido volver y no ha resultado. En general, la tendencia hacia el envejecimiento de los agricultores es una realidad que hay que revertir. Tenemos que aprender de las experiencias de otros países, en algunos casos se ha vinculado el agro al turismo y otros rubros, financiando proyectos y emprendimientos en sectores rurales, aprovechando temas patrimoniales agrícolas y ferias costumbristas, entre otros. Si miramos a países desarrollados, nos damos cuenta que en general el nivel de capacitación del agricultor es mayor, lo que les permite manejar de mejor manera las tecnologías en torno al agro”.
“En nuestra región tenemos además el problema de que está en una zona de transición, donde estamos enfrentando el cambio climático y la escasez hídrica. Eso está haciendo que cambie el paisaje y la vida rural se haga más difícil desde la perspectiva de muchos jóvenes”, manifestó Gálmez.
“El poder convocar y disminuir las brechas de acceso para las generaciones más jóvenes está dentro de nuestros lineamientos desde el ministerio”, aseguró Erika Lamig, coordinadora regional de la CNR en Valparaíso, quien recalcó que “nos queda harto trabajo pendiente, pero todos estamos contribuyendo hacia ese objetivo”.
“En este minuto tenemos poca gente en el campo y tenemos que hacer que el campo sea más atractivo y con mayores desafíos para invitar a los jóvenes a sumarse. Por ese objetivo estamos todos trabajando”, dijo.
Para Pilar Larral de Biocea, el desafío de reducir la brecha generacional implica “ir a las bases”, enfatizando que “no basta con ir a las universidades o escuelas técnicas, porque ahí alguien ya decidió estudiar agricultura; sin embargo, ¿qué pasa con nuestros niños? ¿qué pasa con estar orgullosos de estar en un país profundamente agrícola? Deberíamos empezar desde las escuelas a promover el contacto con la tierra, a promover ese orgullo. Es algo a largo plazo, pero es momento de empezar a ver el agro desde el bienestar de las personas y el futuro, y eso implica capacitar, educar y promover el orgullo de trabajar en la tierra y producir de manera sustentable”, subrayó.
Los expertos concluyeron que con estas acciones conjuntas, se busca no sólo garantizar la sostenibilidad del sector agrícola chileno, sino también posicionarlo como un motor clave del desarrollo nacional, capaz de integrar a las nuevas generaciones en un modelo moderno, sustentable y de oportunidades.
Equipo Prensa
Portal Agro Chile