Se trata de Kauke, una alternativa forrajera innovadora generada por investigadores del Instituto del Instituto de Investigaciones Agropecuarias, INIA, que triplica el rendimiento de las praderas naturales, beneficiando a pequeños ganaderos de la zona centro-sur con soluciones adaptadas a las condiciones de secano y riego.
La diversidad ganadera de Chile, compuesta por bovinos, ovinos y caprinos, se establece desde las regiones del Maule al sur en distintas zonas agroecológicas y desde la precordillera andina hasta el secano costero. Sin embargo, estas áreas enfrentan importantes desafíos en la alimentación animal, especialmente para pequeños productores que, en su mayoría, practican una ganadería de subsistencia.
En este aspecto, la investigadora en sistemas ganaderos de INIA Quilamapu, Soledad Espinoza, indicó que si los productores tuvieran forrajes de mejor calidad y duración para alimentar a sus animales “podrían incrementar significativamente la masa ganadera”. Esta limitación es especialmente crítica en el secano interior y en la precordillera del centro sur, donde se concentran bovinos y ovinos, además de ganado caprino y ganadería mixta.
Es en este contexto que investigadores de INIA liderados por el especialista Luis Inostroza, generaron una singular variedad de alfalfa llamada Kauke, pensada para adaptarse, tanto a condiciones de secano, como de riego. Esta alternativa forrajera ha despertado interés entre productores, quienes han podido conocer sus ventajas en jornadas de campo en distintos sectores de las regiones de Ñuble y Biobío, donde esta alfalfa ha sido establecida.
Salto en producción y calidad de forraje
La alfalfa Kauke promete revolucionar la ganadería local al ofrecer rendimientos promedio de 7 toneladas de materia seca por hectárea al año, lo que representa un 300 % más que las praderas naturales, que producen entre 1,5 y 2 toneladas por hectárea. En su tercer año de cultivo, Kauke podría alcanzar hasta 12 toneladas anuales, superando ampliamente las expectativas. Soledad Espinoza destacó que este rendimiento no solo permite unificar la alfalfa como forraje, sino también integrarla en el pastoreo, lo que incrementa la productividad ganadera. Además resaltó la alta calidad nutricional, caracterizada por su excelente palatabilidad y alto contenido de proteínas, factores claves para mejorar la alimentación animal.
En este mismo sentido, Luis Inostroza, experto en forrajes de INIA Quilamapu, señaló que la nueva variedad es muy atractiva para los agricultores por su corona enterrada y hábito de crecimiento erecto e invernal intermedio. Agregó que resulta recomendable para siembras en condiciones de secano mediterráneo en las regiones del Maule, Ñuble, Biobío y Araucanía, caracterizado por una temporada estival de entre 5 y 6 meses, y lluvias anuales menores a 600 milímetros. Indicó que es un 40 % más persistente en condiciones de secano mediterráneo que las variedades convencionales, y que debe ser sembrada en otoño junto con las primeras lluvias efectivas entre marzo y mayo.
Tecnología para el desarrollo ganadero
“El avance en variedades forrajeras no se limita a Kauke (que estará disponible para las siembras de 2026), sino que también ha introducido triticales y otras alternativas adaptadas a las condiciones de secano y precordillera, junto con estrategias de manejo y establecimiento de praderas” explicitó la investigadora Soledad Espinoza.
Destacó que el INIA está priorizando al sector ganadero, en Ñuble y la zona centro-sur. “Nuestro trabajo está orientado a que los productores puedan implementar estas soluciones en sus predios, mejorando sus sistemas y garantizando su sostenibilidad a largo plazo”.
Finalmente recalcó la importancia de contar con maquinaria adecuada, como equipos para hacer heno, y fomentar el uso de praderas permanentes y mezclas forrajeras que optimicen el uso del agua.
Equipo Prensa
Portal Agro Chile