- Según un estudio elaborado por el economista, el proyecto de ley podría concentrar el mercado y desviar la producción hacia harina y aceite de pescado, perjudicando el acceso de las personas a este producto.
El economista Patricio Arrau presentó al Senado un informe alertando sobre los efectos negativos que tendrá el proyecto de Ley de Fraccionamiento en la disponibilidad de pescado para consumo humano.
Según el estudio, la reforma podría concentrar el mercado, desviando la producción hacia la harina y el aceite de pescado, afectando gravemente la industrialización y la economía regional, sin atraer nuevos actores.
Además, el análisis da cuenta que el proyecto –que fue recientemente aprobado en la Comisión de Intereses Marítimos del Senado–, no contempla adecuadamente las dinámicas específicas del sector industrial de consumo humano.
En este sentido, el informe técnico recurre a una analogía con otros mercados, como el del trigo y la leche, donde los productores de materias primas venden a plantas procesadoras sin necesidad de estar integrados verticalmente. Sin embargo, plantea que esta lógica no es aplicable al sector pesquero de consumo humano, donde la integración entre captura y procesamiento es fundamental para garantizar la competitividad y eficiencia.
Impacto en la economía regional
En términos de producción, la industria de consumo humano ha representado, en promedio, cerca del 60% de la producción total de pescado entre 2016 y 2023, indica el estudio.
“Por cada empleo directo en la industria reductiva -sector que genera harina y aceite de pescado-, se crean aproximadamente seis empleos adicionales en el segmento de consumo humano. Esta industria no solo destaca por su capacidad de generar empleo, sino también por ofrecer salarios brutos mensuales significativamente superiores al salario mínimo. En los últimos tres años, los salarios han sido, en promedio, al menos 2,6 veces superiores al mínimo”, señala.
De acuerdo con las estadísticas del sector, en 2023 la industria pesquera mostró un crecimiento en la contratación de personas, alcanzando 2.270 empleos directos en el sector de consumo humano, en comparación a los 370 en la industria reductiva.
En esta línea, “las inversiones de la industria entre 2021-2023 suman US$121 millones, de los cuales US$97,3 millones responden a consumo humano directo (plantas y flota), lo que es 4,1 veces mayor a la industria reductiva”, señala el estudio.
“El segmento de consumo humano, que es el mayor generador de valor agregado, empleo y pago de impuestos, requiere de integración vertical entre la captura de materia prima y su procesamiento en plantas. Las licitaciones y el fraccionamiento excesivo desviarán el producto hacia la harina y el aceite, revirtiendo el proceso de industrialización que hemos observado durante los últimos años, afectando negativamente la economía nacional y regional”, afirmó Arrau.