Los factores climáticos están transformando al sector exportador, lo que condiciona -en diferente medida- a los frutales producidos en la región de Coquimbo, de acuerdo con un análisis realizado por profesionales del Programa Estratégico Regional Fruticultura Sustentable de Corfo.
La naturaleza puso a prueba a los productores de uva en 2024, pero el resultado final sorprendió a todos. Aunque el volumen exportado cayó de 91 mil a 59 mil toneladas como consecuencia de la disminución en la producción debido, principalmente, a las restricciones hídricas, el sector logró mantener sus ingresos gracias a precios extraordinarios en el mercado internacional.
«Fue vender menos, pero ganar lo mismo», explica el ingeniero agrónomo y magister en Gestión de Recursos Hídricos en Zonas Áridas y Semiáridas, Víctor Muñoz, gerente del Programa Estratégico Regional (PER) Fruticultura Sustentable de Corfo. «A pesar de exportar un volumen 35% menor que en 2023, alcanzamos los mismos 163 millones de dólares en valor. Los compradores internacionales están pagando mucho más por nuestra uva», explicó.
Esta situación genera optimismo para el futuro en el sector, especialmente con la implementación del protocolo Systems Approach para exportación de uva fresca a EE.UU., que podría consolidar esta tendencia positiva.
Esta idea es reafirmada por el director Regional de Corfo, Andrés Zurita, quien sostuvo que “la región de Coquimbo continúa demostrando la resiliencia de su sector exportador a pesar de los desafíos impuestos por la sequía y las variaciones en el clima, es por este motivo que hemos estado acompañando y apoyando a los productores con diversos instrumentos, lo que les está permitiendo diversificar su producción e introducir nuevas variedades, tecnologías y prácticas productivas”.
El gobernador de la Región de Coquimbo, Cristóbal Juliá, destacó el aporte generado por iniciativas como el PER Fruticultura Sustentable, pues su implementación no solo facilita la articulación y vinculación entre de los productores con la academia, gremios, entidades públicas y privadas, entre otras, para mejorar las capacidades en los fruticultores, sino también para instalar mayor conocimiento e innovación entre los actores, en medio de la grave escasez hídrica que se prolonga hace más de una década en la región de Coquimbo.
“Este programa contribuye a sensibilizar al sector y potenciar soluciones basadas en I+D+i que agreguen valor a los productos, y respondan a las demandas de los empresarios locales”, resaltó.
OTRAS FRUTAS EXPORTADAS
En 2024, las exportaciones de fruta alcanzaron un total de 419 millones de dólares, equivalentes a 225 mil toneladas, lo que marca una disminución del 16% en valor y del 24% en volumen en comparación con el año anterior, caída que se explica en gran medida por la escasez hídrica y el alza en el costo de los insumos.
En este escenario, la mandarina fue la fruta que más sintió el golpe, ya que sufrió una baja importante, con exportaciones que pasaron de 132 millones en 2023 a 82 millones de dólares en 2024, lo que representa una baja del 37%. Este descenso también se refleja en el volumen, que disminuyó un 34%. “La sequía fue clave en esta reducción, aunque las lluvias y nevadas del otoño-invierno ayudaron a revertir levemente la situación hídrica y ya se está viendo una recuperación de los volúmenes productivos en ambos cultivos”, precisó Víctor Muñoz.
En el caso de las paltas, se registró una disminución cercana al 6% en su valor, con exportaciones de 71 millones de dólares y 24 mil toneladas en 2024. El cultivo del palto experimentó un auge en 2011, con más de 6 mil hectáreas plantadas, pero la sequía obligó a reducir la superficie a poco más de 3 mil hectáreas. A pesar de esto, los avances en tecnologías de riego y la adopción de prácticas más eficientes están permitiendo a los productores enfrentar los desafíos hídricos y mantener la producción.
Finalmente, el limón presentó un crecimiento en 2024, con exportaciones de 41 millones de dólares, un 7% más que en 2023. El volumen exportado también aumentó, pasando de 35 mil toneladas a 49 mil toneladas, impulsado por la expansión del cultivo en más de 500 hectáreas entre 2021 y 2024. Este crecimiento es un claro ejemplo de cómo la diversificación productiva está ayudando a mitigar los riesgos asociados al cambio climático y al estrés hídrico, y cómo los agricultores de la región están apostando por la innovación para seguir adelante.
Equipo Prensa
Portal Agro Chile