La iniciativa, apoyada por el Gobierno Regional de Ñuble, no solo introduce nuevas especies de frutales en Ñuble, sino que también proporciona a fruticultores herramientas clave para hacer frente al cambio climático, como capacitaciones y apoyo técnico, que se comenzará a ejecutar durante la primera semana de marzo. 

“Equipos en terreno”, así calificó el director regional de INIA Quilamapu, Javier Chilian, las actuales acciones que se despliegan en el marco del Proyecto de Fruticultura Resiliente al Cambio Climático en las 21 comunas de Ñuble, iniciativa que se realiza con apoyo del Gobierno Regional de Ñuble. El programa busca introducir y potenciar nuevas especies de frutales que se transformen en alternativas productivas, mediante el establecimiento de huertos con alto potencial comercial, resilientes al déficit hídrico y al cambio climático, bajo un manejo sustentable.

Respecto a ello, el Gobernador Regional, Óscar Crisóstomo, destacó que “el proyecto permite entregar herramientas a los fruticultores en manejo sostenible y resiliente al cambio climático en especies como la macadamia, calafate y otras que considera la iniciativa. Es una apuesta innovadora para ampliar nuestra matriz productiva, por lo que no sólo representa un avance técnico, sino una visión estratégica para posicionar a Ñuble como referente en la producción sostenible de frutales, adaptada a los nuevos escenarios climáticos”.   

En este sentido, el genetista y director de INIA Quilamapu, Javier Chilian, detalló el trabajo que actualmente se realiza: “Estamos visitando las 21 comunas de Ñuble, donde nuestros equipos, además de realizar diagnósticos e inscribir a eventuales beneficiarios y beneficiarias, recolectamos material genético de las plantas que hemos investigado, las cuales, por selección natural, están adaptadas a las condiciones de secano (Ñuble), como es el caso de la macadamia presente en los huertos de INIA Cauquenes desde hace más de dos décadas”, explicó. 

“Este material sano es el que multiplicamos mediante la técnica in vitro en los laboratorios bioquímicos de INIA Quilamapu, con el objetivo de introducir y potenciar estas especies en las comunas donde desarrollamos el Proyecto Fruticultura Sostenible y Resiliente al Cambio Climático en la Región de Ñuble (Proyecto Frutales)”, agregó.

Sobre el proyecto

Las plantas consideradas en la iniciativa, apoyada por el Gobierno Regional de Ñuble y ejecutada por INIA Quilamapu, son macadamia, pistacho, calafate, además de potenciar la producción existente de papayo y castaño en Ñuble.

El investigador de INIA Quilamapu y jefe del proyecto, Jorge Retamal, complementó que, tras un mes de trabajo en terreno, se han incorporado 350 fruticultores y se espera, en los próximos meses, concretar mil inscritos como beneficiarios.

“Las plantas que estamos clonando en nuestros laboratorios de biotecnología están adaptadas a condiciones adversas como frío, calor, temperaturas extremas y falta de agua, condiciones climáticas presentes en Ñuble”, complementó Retamal. Agregó que se están tomando muestras de papayo en Cobquecura y pistacho en Cauquenes.

De manera paralela, se terminaron de confeccionar las capacitaciones (a ejecutarse entre marzo y diciembre de 2025) que abarcan 16 temáticas, desde el manejo de huertos sanos, plagas, podas, enfermedades de la madera, control de malezas y heladas, estrategias de limpieza, fertilización, golpes de sol, hasta la prevención de enfermedades y plagas foliares, entre otras. Estas capacitaciones serán dictadas en las 21 comunas de Ñuble y los expositores corresponderán a investigadores de INIA Quilamapu y también asesores externos. 

Saber más sobre INIA

El Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) es la principal institución de investigación, desarrollo e innovación agroalimentaria de Chile. Vinculada al Ministerio de Agricultura, cuenta con presencia nacional y un equipo de trabajo de más de 1.000 personas altamente calificadas. 

Ejecuta al año un promedio de 400 proyectos en torno a 5 áreas estratégicas: Cambio Climático, Sustentabilidad, Alimentos del Futuro, Tecnologías Emergentes, y Extensión y Formación de Capacidades. Estas iniciativas contribuyen al desarrollo agroalimentario sostenible del país, creando valor y proponiendo soluciones innovadoras a los agricultores, socios estratégicos y la sociedad, generando una rentabilidad social que varía entre 15% y 25%, por cada peso invertido en cada uno de sus proyectos.


FOTO 1:
Las plantas seleccionadas son multiplicadas en los laboratorios de biotecnología de INIA Quilamapu, quien ejecuta la iniciativa. 

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Equipo Prensa
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