Por: Isabela De Marchi, Gerente de Sostenibilidad SIG

En un mundo donde la crisis climática y el agotamiento de recursos naturales son temas urgentes, las empresas tienen la responsabilidad de adoptar modelos de negocio sostenibles. En este contexto, SIG ha demostrado que la sostenibilidad no es solo una estrategia corporativa, sino un compromiso tangible con el futuro del planeta y la sociedad.

SIG ha evolucionado desde una empresa proveedora de soluciones de envasado hasta convertirse en un referente de la sostenibilidad en la industria. Este reconocimiento no es casualidad: el Anuario de Sostenibilidad 2024 de S&P Global destacó a SIG por su enfoque integral, que abarca el clima, los bosques, los recursos y la alimentación. Esta distinción no solo refuerza su credibilidad en el mercado, sino que también refleja un cambio necesario en la forma en que las empresas operan en el siglo XXI.

La iniciativa «packaging for better»  encapsula esta visión: ofrecer más al planeta de lo que se extrae de él. En un mundo donde el greenwashing es una práctica común, este enfoque genuino y medible se convierte en un modelo a seguir. La empresa no solo busca reducir su impacto ambiental, sino que trabaja activamente para regenerar recursos y promover un ciclo verdaderamente sostenible en el sector del envasado.

Pero, ¿qué significa realmente liderar en sostenibilidad? Esto implica asumir compromisos concretos en cuatro pilares clave. En el área climática, hemos puesto en marcha estrategias para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, con el objetivo de desarrollar envases con huella de carbono negativa. En cuanto a los bosques, hemos logrado que el 100% del cartón utilizado en sus productos cuente con certificación FSC, apoyando la restauración y gestión sostenible de más de 650.000 hectáreas. En términos de recursos, la meta es clara: avanzar hacia un sistema de envase completamente circular, donde los materiales sean 100% renovables o reciclados. Y en el ámbito alimentario, su compromiso es garantizar que las personas tengan acceso a productos más seguros, nutritivos y asequibles, reduciendo al mismo tiempo el desperdicio de alimentos.

El camino hacia una industria verdaderamente sostenible es largo y requiere más que declaraciones de buenas intenciones. SIG ha demostrado que la innovación y el compromiso pueden ir de la mano para transformar los paradigmas de producción y consumo. La adquisición de Scholle IPN en 2022 es un claro ejemplo de esta estrategia, permitiéndole fortalecer su liderazgo en el desarrollo de soluciones de envasado sustentable como los envases bag-in-box y pouches con baja huella de carbono.

Hoy más que nunca, es fundamental que otras empresas tomen nota de iniciativas como la de SIG y comprendan que la sostenibilidad no es una tendencia pasajera, sino el único camino viable hacia el futuro. En un mercado donde los consumidores son cada vez más exigentes con el impacto ambiental de sus decisiones de compra, apostar por modelos de negocio responsables y sostenibles no es solo una obligación ética, sino una ventaja competitiva.

El liderazgo en sostenibilidad no se trata solo de recibir reconocimientos, sino de impulsar un cambio real en la industria. SIG ha asumido este desafío y ha demostrado que es posible crecer y evolucionar sin comprometer el equilibrio del planeta. Ahora, la pregunta es: ¿cuántas más seguirán su ejemplo?

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