En un contexto de escasez hídrica, la diferenciación y el valor agregado son claves para una fruticultura más sostenible y rentable, siendo la producción orgánica una opción para los productores locales.
Por primera vez en la historia de Chile, seis contenedores de uva de mesa orgánica fueron enviados a Estados Unidos y se trata de fruta producida en la Región de Coquimbo, gracias al trabajo de las empresas Agrícola Angostura (Ovalle) y Agrícola Cerrito (Pisco Elqui), a través de la exportadora Subsole, y aprovechando la entrada en vigencia del Systems Approach con el país norteamericano.
Si bien el volumen exportado es pequeño, no es menor que los precios por la uva orgánica son, en promedio, de 2 a 3 veces más que el de la fruta convencional.
“Este hito cobra aún más relevancia considerando que la Región de Coquimbo está siendo duramente golpeada por la escasez hídrica. La exportación de uvas orgánicas no solo representa una oportunidad de diferenciación para los productores locales, sino que también demuestra que estas frutas pueden competir en calidad y valor con los productos convencionales”, aseveró el ingeniero agrónomo y magíster en Gestión de Recursos Hídricos en Zonas Áridas y Semiáridas, Víctor Muñoz, gerente del Programa Estratégico Regional (PER) Fruticultura Sustentable de Corfo.
Carlos Sierra, encargado técnico de uva de mesa de Subsole, destacó que los mercados están cambiando y la demanda por fruta orgánica no es una moda. «Hoy en día, los consumidores más jóvenes, que utilizan plataformas digitales para hacer compras, buscan alimentos con menor carga de químicos. Europa lleva años liderando esta tendencia, y ahora en Estados Unidos también se está consolidando. Los supermercados ya destinan espacios exclusivos para fruta orgánica, lo que demuestra el crecimiento de este segmento», sostuvo el profesional.
Víctor Muñoz explicó que dada la escasez de recursos hídricos, la producción tendrá que ser más intensiva y eficiente. “Sin embargo, con estrategias de valor agregado, como la producción orgánica y un enfoque sustentable, podemos impulsar un modelo agrícola más resiliente y rentable para la región”.
PROCESO LENTO
La variedad exportada en este primer embarque corresponde a la cepa patentada Allison, que ha destacado por su calidad, rendimiento y aceptación en mercados internacionales, y por su buena adaptación a las condiciones locales. De hecho, según datos de ODEPA y Frutas de Chile, actualmente es la variedad roja más plantada y exportada de nuestra región.
El éxito de esta exportación abre nuevas posibilidades para los productores de la Región de Coquimbo, quienes ven en la producción orgánica una alternativa sostenible y competitiva para enfrentar los desafíos del cambio climático y la escasez hídrica.
Pese a ello, el proceso de conversión a la producción orgánica no es inmediato, ya que, de acuerdo a Sierra, se requiere un período de transición de al menos tres años para obtener certificaciones que validen el cumplimiento de las normativas internacionales y, además, el productor debe considerar que no todas las variedades de uva sirven para el modelo orgánico. “Una de las variedades nuevas que se ha adaptado muy bien es la variedad Allison, porque tiene un vigor medianamente alto, produce mucha fruta, es muy fértil, por lo tanto si un productor agrícola acá en la zona quiere optar por este tipo de fruta, necesita revisar bien cuál va a ser la variedad que va a trabajar para ser orgánica”; expresó.