Gracias a un trabajo conjunto realizado entre la Fundación Manfred Max Neef y Chile Sustentable se desarrolló esta iniciativa que también se extendió a la zona urbana de La Serena para desarrollar capacidades en las organizaciones sociales y diseñar proyectos de impacto local. 

Desarrollar capacidades en más de 40 organizaciones comunitarias, fue el objetivo del proyecto que la Fundación Manfred Max Neef desarrolló en las comunas rurales de Punitaqui y Canela y en la zona urbana de La Serena en la Cuarta Región.

Se trata de un proyecto que se extendió por seis meses, cuyo principal enfoque fue explicar a las comunidades cómo es posible desarrollar a escala humana (de acuerdo a las propias necesidades del territorio) iniciativas que respondan también al bienestar de los ecosistemas en su conjunto.

Así lo explicó Lina Gómez, encargada del proyecto, quien explicó que la idea es entregar herramientas a las comunidades locales para efecto de que puedan adquirir habilidades y ejecutar sus propios proyectos. “Lo que hemos querido hacer es sensibilizar sobre otras formas de desarrollo que proteja los ecosistemas y que a la vez, satisfaga las necesidades locales desde la lógica del buen vivir,  concepto que se relaciona con el desarrollo sustentable, bienestar de los ecosistemas y las comunidades”, explica. 

Es para esta fundación, según señala la profesional, “una meta nuestra, es ayudar a las organizaciones a articularse para cumplir sus objetivos comunes. En esta ocasión trabajamos en la formulación de proyecto con al menos cinco organizaciones para intercambiar ideas y trabajar en conjunto”, dijo.

En términos del proceso, lo primero que se realizó fue diseñar un diagnóstico participativo donde se identificaron las necesidades y principales problemáticas de la comunidad.  “Descubrimos que los temas más complejos son la sequía y el aislamiento en que están los sectores rurales que les impide mantener sus proyectos tradicionales, comercializar sus productos y llegar a materias primas”. 

En el diagnóstico participativo también se identificaron capacidades y potencialidades como: valores y prácticas comunitarias, festividades locales e identidad cultural; conciencia ecológica y autogestión, presentes en muchas de las organizaciones. Así también se detectó que los jóvenes sienten que hay una falta de oportunidades para ellos en el mundo rural  y cuando terminan sus estudios, “ellos emigran a las zonas urbanas y pocos vuelven a la zona. Son las personas de la tercera edad las que se quedan en el lugar”. 

Cabe mencionar que de la población de Canela, en la región de Coquimbo, el 78,4% de la población vive en la zona rural y solo el 21, 6% en la zona urbana. En Punitaqui el 50% de la población vive en una u otra zona, y más del 90% de la población está en la zona urbana (La Serena). 

“Buscamos comunidades que estuvieran aisladas, que tuvieran existencia de organizaciones comunitarias y riesgos socio ambientales, (sequía, contaminación,. crisis hídrica). Lo que estamos haciendo es incorporar el componente ecológico para el cuidado del entorno”, señaló.

Lina Gómez, destacó como otros problemas detectados, la desigualdad con la zona urbana, la falta de alcantarillado, transporte y desigualdades territoriales, por eso, propusimos una intervención que tuviera para las comunidades una importancia respecto de sus propias necesidades. 

La gobernadora Krist Naranjo también destaca esta iniciativa, financiada por el Gobierno Regional: «La sustentabilidad para un buen vivir es un eje primordial de nuestro Gobierno, por lo mismo estamos apoyando y financiando esta iniciativa. Es relevante trabajar con las bases, con los dirigentes y más en este proceso educativo que se está generando a través de un proyecto a escala humana. Como Gobierno Regional estamos contentos en continuar fortaleciendo esta temática y seguir apoyando este tipo de proyectos».

Desde Chile Sustentable se valoró  también la iniciativa, “ya que es parte de nuestra misión buscar nuevas formas de participación desde un punto de vista ecológico y también en el sentido de la comprensión de las necesidades del territorio”. dijo la directora de Chile Sustentable, Sara Larraín.

Proyectos

En La Serena por ejemplo destaca una comunidad Los Prototipos que tiene un proyecto para diseñar un gran panel fotovoltaico para satisfacer sus necesidades locales. En Canela se proyecta un plan de tratamiento de aguas grises para poder enfrentar la desertificación y sin alcantarillado será difícil. ”Llevamos años buscando una solución”, dicen los vecinos. Se detectó también la falta de protección de los humedales de la desembocadura del Río Elqui que está amenazado por la presión inmobiliaria, además se botan escombros y desechos domiciliarios”, destaca Lina Gómez. “Los vecinos proponen promover el estado conservación mediante estrategias de educación ambiental y diseño participativo de senderos ecológicos”. 

Otro proyecto interesante que se podría ejecutar es la protección del patrimonio natural y cultural de Canela. Se plantea la posibilidad de proteger el patrimonio y transmitir a los jóvenes. la idea es que ellos sean parte de este proyecto. 

En Punitaqui se identificaron necesidades más relacionadas con la interacción o comunicación entre las distintas generaciones de la comunidad. “Pudimos observar que como son grupos de adultos mayores en su mayoría, les interesa poder traspasar conocimientos, no solo para que los jóvenes, sino que puedan con sus conocimientos, resolver problemas. La política pública tiene que responder a esa necesidad básica desde lo rural para mejorar su calidad de vida.”

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