Se extenderá por 36 meses y beneficiará a mil agricultores de las 21 comunas de Ñuble

Iniciativa beneficiará a mil agricultores de las 21 comunas de la Región, fomentando prácticas sostenibles y resilientes al cambio climático, además de impulsar la economía local. Proyecto “Fruticultura sostenible y resiliente al cambio climático en la Región de Ñuble” incorporará macadamia, pistacho y calafate, y potenciará la producción ya existente de papayo y castaño.

Investigadores del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA Quilamapu) iniciaron un ambicioso proyecto que incorporará al sector frutícola de Ñuble, alternativas productivas sostenibles y resilientes al cambio climático. Con una duración de 36 meses, la iniciativa impactará directamente a cerca de mil agricultores de las 21 comunas de la región. 

“Esta semana partimos con la colecta de tejido vegetal de pistacho y macadamia, dos de las principales especies que utilizaremos en este proyecto de diversificación varietal. Estos huertos, establecidos en INIA Cauquenes hace 40 años y que hace 20 están sin manejo agronómico y sin riego, cuentan con variedades adaptadas a condiciones de secano y que se adaptan bien para los agricultores de Ñuble, lo que los hace clave para este programa,” señaló el director regional de INIA Quilamapu, Javier Chilian.

En relación a lo expuesto, los frutales considerados para el proyecto “Fruticultura Sostenible y Resiliente al cambio climático en la Región de Ñuble”, son además de macadamia y pistacho, calafate, papayo y castaño.

Entre los beneficios que ofrece el proyecto para los agricultores, se incluyen capacitaciones en manejo sostenible, implementación de tecnologías como sistemas de riego por goteo, estaciones meteorológicas y energías renovables, además de giras técnicas nacionales e internacionales. También se contempla la entrega de plantas frutales e insumos esenciales.

El objetivo de la iniciativa es ofrecer alternativas productivas sostenibles y resilientes al cambio climático, incorporando prácticas que mejoren la calidad de vida de los agricultores y aumenten su competitividad en el mercado. 

El investigador en frutales de INIA Quilamapu y jefe del proyecto, Jorge Retamal, destacó la importancia del material genético utilizado. “Estamos seleccionando material sano para cultivo in vitro e inmersión temporal, clonando plantas adaptadas a condiciones adversas como el frío, las temperaturas extremas y la falta de agua. Proyectamos que la macadamia, una especie rentable y resistente al frío, será clave para el desarrollo económico de la región.”

El proyecto ya está en marcha y sus equipos técnicos se encuentran en etapa de diagnóstico y evaluación, realizando diversas entrevistas con los agricultores para su eventual incorporación que, de acuerdo a las bases del proyecto, serían mil. 

La apuesta de INIA Quilamapu no solo representa un avance técnico, sino una visión estratégica para posicionar a Ñuble como referente en la producción sostenible de frutales y adaptada a los nuevos escenarios climáticos.

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Equipo Prensa
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