La semana pasada la organización de usuarios de agua recibió al Director Ejecutivo de la Comisión Nacional del Riego, Wilson Ureta, en San Carlos.
San Carlos, 10 de abril de 2025.- Recomponer y rehabilitar las compuertas autogestionables de los canales del río Ñuble dañadas con las dos crecidas de 2023. Ese fue el objetivo de una reunión de trabajo entre la Comisión Nacional de Riego (CNR) y la Junta de Vigilancia del Río Ñuble (JVRÑ). Para eso, la semana pasada llegó hasta la oficina de la organización de usuarios de agua en San Carlos, el Director Ejecutivo de la CNR, Wilson Ureta, quien fue recibido por parte del directorio, encabezado por su presidente Fernando Rueda, además del equipo profesional de la JVRÑ.
Según comentó Ureta, hay varias comunidades de agua en el país que actualmente tienen el mismo problema de daños en infraestructura y que no pueden postular a los concursos de la Ley de Fomento al Riego y Drenaje (Ley 18.450) porque sus obras -obtenidas bajo esta ley- tienen menos de 10 años de uso. Por eso, en la reunión les anunció a los regantes que llevarán hasta el Consejo de Ministros la solicitud de que puedan volver a postular a recursos para subsanar esta falencia que afecta su correcta gestión.
“Tenemos un problema, la junta de vigilancia del río Ñuble tiene la necesidad de reponer sus obras bonificadas por la Ley de Riego y que tienen menos de 10 años de uso. Con la ley de Riego convencional no pueden ser repuestas y estamos buscando, en conjunto, alternativas para que puedan postular, en base a una situación absolutamente excepcional como fueron las inundaciones de junio y agosto de 2023. Acordamos un camino para que eso sea realidad. Tenemos que llevar esta decisión al Concejo de Ministros y yo soy muy optimista que va a haber una muy buena acogida de que podamos trabajar junto a la oficina regional (de CNR) para que esto se pueda solucionar y la junta de vigilancia pueda tener sus obras reconstruidas y mejor preparadas para los eventos futuros”, aseguró Ureta.
Obras claves para la eficiencia
Previo a estos eventos climáticos de 2023, la Junta de Vigilancia del Río Ñuble había modernizado 26 de sus 38 bocatomas con financiamiento de la Ley 18.450, permitiendo una gestión eficiente y automatizada del recurso hídrico. Sin embargo, las crecidas destruyeron los componentes electrónicos de las compuertas, obligando a operar manualmente, lo que ha afectado la eficiencia en la gestión del agua, el cumplimiento normativo y ha aumentado los costos operacionales.
Como explicó Rueda, la pérdida total de controladores, sensores, motores y sistemas de transmisión de datos ha dejado inoperativas varias bocatomas estratégicas, incrementando la vulnerabilidad del sistema de riego y afectando directamente a más de 30 comunidades de agua.
Actualmente, recordó, las compuertas presentan fallas constantes y, en muchos casos, están inoperativas, lo que genera un retroceso en la modernización del riego, incumplimiento parcial de normativas de la DGA, incremento de costos por operación manual y afectación a pequeños agricultores que dependen del sistema de riego.
“Pudimos recibir al Director Ejecutivo de la CNR en nuestra oficina, y eso para nosotros ya es una señal de la buena disposición que existe para ayudarnos a recomponer la infraestructura dañada con las crecidas de 2023. La rehabilitación de las compuertas de los canales del río Ñuble es clave para restaurar la eficiencia y sostenibilidad del sistema de riego. En este contexto, la intervención de la CNR es fundamental para superar esta crisis, restaurar la capacidad de riego y fortalecer la seguridad hídrica regional y esperamos que tengan y tengamos éxito en lograr reparar y recuperar la infraestructura que tiene la capacidad de poner en riego y producción a sesenta y cinco mil hectáreas de nuestra región”, comentó el presidente de la JVRÑ.
Para finalizar, Rueda solicitó que estas eventuales soluciones se realicen de manera paralela con el trabajo que debe coordinar el MOP a través de su estructura regional y nacional, para finalizar las labores de reencauzamiento del río Ñuble y evitar el desborde de riveras y la inundación incluso de la ruta cinco y San Carlos, entre otros.