Con la participación de autoridades provinciales, comunales, representantes de INDAP, SAG y productores de la zona, se realizó este miércoles un Día de Campo en la Oficina Técnica de INIA Tamel Aike en Chile Chico. La actividad dio continuidad al trabajo iniciado con la Expo Vendimia 2024 y busca impulsar el desarrollo de la vitivinicultura como una alternativa productiva para la región de Aysén.

Desde 2012, INIA ha evaluado el comportamiento de diferentes variedades de vid en esta zona, lo que permitió en 2017 la elaboración del primer vino de la Patagonia chilena: Keóken, que en lengua tehuelche significa “amanecer”. Actualmente, las variedades Chardonnay, Pinot Noir y Sauvignon Blanc han mostrado buena adaptación a las condiciones locales, lo que abre oportunidades para la producción y el turismo.

“INIA continúa haciendo investigación, apoyando a los productores que están liderando este sistema productivo, pero también invitando a nuevas personas a sumarse, para que puedan entender en qué consiste y conocer sobre la información disponible”, indicó Camila Reyes, Directora de INIA Tamel Aike.

Durante la jornada, el equipo de frutales y vides de INIA Tamel Aike, junto al investigador de INIA Carillanca Gastón Gutiérrez y la profesional Marion Saldivia, entregaron información técnica sobre cosecha, manejo de viñedos y vinificación, dirigida a productores y técnicos del sector.

“Una muy buena jornada para poder conocer los avances que existen respecto a lo que es la elaboración del vino más austral del mundo. Vemos con entusiasmo dada la proyección que tiene este recurso”, señaló el alcalde Ariel Keim.

Lo cual, según indicó el delegado presidencial provincial, Cristóbal Barceló, “va a permitir que se generen nuevos polos productivos para el desarrollo económico local y turístico”, subrayó.

Uno de los principales desafíos en el desarrollo de esta actividad productiva en el extremo sur del país es generar paquetes tecnológicos adaptados, que incluyan estrategias para el manejo de heladas y la protección frente a aves. Este trabajo requiere ensayos y validaciones en terreno para entregar soluciones viables a los productores.

“Me llamó la atención toda la variedad que hay y que se den bien acá, que tiene un clima frío. Igual yo me quiero atrever con algunas plantas, por la fruta, porque es un proceso largo, que la poda, que la cosecha… entonces admiro el trabajo realizado acá, comentó la productora Macarena Anríquez, de Chile Chico.

El cambio climático ha ampliado las zonas aptas para la producción de vid en el país. En Aysén, esto representa una oportunidad para diversificar la matriz productiva y generar nuevas fuentes de ingreso para los productores locales.

En 2016 se estableció un viñedo experimental de 1.000 m² en la Oficina Técnica INIA Tamel Aike, donde se evaluaron ocho variedades de vid sobre dos portainjertos. En 2019, un proyecto FIA permitió instalar dos viñedos comerciales en Chile Chico y Puerto Ibáñez.

El vino Keóken se produce a escala experimental en Chile Chico. Las variedades con mejores resultados hasta ahora han sido Chardonnay, Pinot Noir y Sauvignon Blanc. También se ha probado el comportamiento de otras como Riesling, Gewürztraminer,Tempranillo y Portugais Bleu.

La actividad desarrollada el día miércoles fue coordinada por el equipo producción vegetal de la Oficina Técnica de Chile Chico que lidera el investigador Diego Arribillaga junto a los funcionarios Elmo Pacheco y Felipe Cea.

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Equipo Prensa
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