La figura de los ingenieros agrícolas es esencial para una efectividad real de la agricultura de precisión para aplicar las soluciones tras la obtención de datos que aportan estas tecnologías.
La jornada «Innovación Agrícola: Tecnologías para una Agricultura de Precisión», organizada por el Consejo General de Ingenieros Técnicos Agrícolas de España y el Colegio de Ingenieros Técnicos Agrícolas y Peritos Agrícolas de Aragón (COITA), ha dejado en FIMA conclusiones interesantes sobre el papel que jugarán las diferentes técnicas de teledetección. La principal de ellas es que los técnicos, como los Ingenieros Agrícolas, son asesores necesarios para el análisis y la correcta aplicación de la información obtenida de los diferentes sistemas de teledetección.
Los ponentes han ido desgranando el potencial de estas tecnologías aplicadas a la agricultura con diferentes opiniones sobre si la teledetección a través de satélites aporta más beneficios que el uso de los drones o viceversa, pero en lo que todos han coincidido es en que es necesario tender a una agricultura de precisión, en la que aplicar exactamente los cuidados y recursos necesarios, huyendo del defecto y del exceso. En ello, tanto drones como satélites ayudarán de manera muy efectiva, con la correcta toma de decisiones en las planificaciones de los riegos, en la fertilización de las parcelas o con la detección temprana de enfermedades, lo que también minimizaría el uso de tratamientos y optimizaría las cosechas.
«Hablamos de tecnologías con mucho potencial que requieren de un uso especializado y una correcta interpretación de los datos. En ese sentido somos conscientes de que los ingenieros técnicos agrícolas son el eslabón indispensable entre las empresas que ofrecen este tipo de servicios y el agricultor, que ha de aplicar las soluciones aportadas tras los trabajos de análisis», afirma Javier Lorén, presidente del Consejo General de Agrícolas.
En la jornada se han dado ejemplos reales de aplicación de estas tecnologías en el ámbito agrario. David Vinué, de Geopixel, ha explicado cómo el trabajo con teledetección con satélites ha ayudado a varias bodegas de diferentes D.O. a minimizar los costes asociados a los riegos, a controlar la calidad del cultivo y a alertar de manera temprana de patologías sobre el viñedo. En su ponencia, ha reforzado que la teledetección aporta datos, pero es el agricultor, con el asesoramiento de los técnicos, el que ha de poner en marcha las medidas de la agricultura de precisión para que este trabajo tenga un sentido.
Sergio Pardo de UAVworks y Alodia Martínez, de Revolotear, han centrado su ponencia en el uso de drones, sistema del que han destacado su bajo coste, la facilidad de su uso al no tener que pedir permisos para volarlos, así como la obtención de datos muy precisos por su baja cota de vuelo. Todos han coincidido en que, aunque a corto plazo haya que invertir en la contratación del servicio, la utilización de este tipo de tecnologías no implica más gastos, sino que a medio y largo plazo supone un ahorro y una mayor rentabilidad.
Otra parte importante en el manejo de los drones es la legislación y normativa que regula su vuelo, y que en estos momentos encuentra lagunas. Sobre ellas ha hablado Pedro Oñorbe, de la ETSII-UPM. «En España la legislación sobre drones es escasa, bastante mala y la normativa no existe», ha afirmado Oñorbe. En esto también influye que los drones no están calificados ni como juguetes ni como máquinas, de manera que hasta que esto no se defina no se puede aplicar ningún tipo de normativa.
La jornada ha despertado un gran interés entre agricultores y técnicos que han llenado el aforo de la sala. Además de la organización de esta jornada, el Consejo General de Agrícolas y el COITA han contado con un stand propio en FIMA desde el que han dado visibilidad a la labor de los ingenieros agrícolas, figuras indispensables en infinidad de procesos del ámbito agrícola, ganadero y agroalimentario.
Fuente: www.eleconomista.es
Equipo Prensa
Portal Agro Chile